sábado, 26 de marzo de 2011

En modo subjuntivo II

Volvamos a las pistas. Que la nueva salida de este juego de la Oca inconcluso nos encuentre a ambos con sueños de felicidad y con ansias de superación, apostando a este nuevo desafío con el impulso del deseo y la elección. Pero que no renunciemos a todos los aprendizajes que la distancia supo darnos.
Que decidamos dejarnos tatuar de nuevo, pero que el dibujo sea esta vez diferente, se ubique en otro lugar y se constituya de otra manera, sencillamente porque nosotros, ya no somos los mismos. Que no volvamos a perder de vista que nuestros caminos son dos (y no el mismo), que cada uno camina por el propio y con los propios pies, y que si decidimos caminar tomándonos de la mano, es porque queremos compartir nuestras individualidades; sólo entonces seremos realmente compañero y compañera de vida. Que entendamos que cada uno hace las cosas a su forma y con su mística, que cada uno construya su vida como quiera, y que el otro lo acompañe en sus decisiones. Que prevengamos la simbiosis estableciendo límites claros, respetando los espacios propios y valorando los compartidos. Que dejemos de hacernos preguntas que no tienen respuestas, que lo vivamos con más libertad. Que jamás perdamos la comunicación y la sinceridad, que no volvamos a ser aquellos que empezaron a odiarse en silencio, que en esta resurrección no volvamos a ser los autores de nuestra propia muerte.
Y sobre todo, que avancemos con la seguridad del sentir. Que sintamos mucho, y que nuestro motor sea -y lo digo así nomás- el amor, porque podemos estar seguros de que en esto es en lo único en lo que la razón no se va a interponer. Que derribemos los miedos con acciones. Que nuestra base sea el mirarnos a los ojos y sentirnos distintos, que tengamos la enorme valentía de volver a amar nuestros corazones rotos, porque como dice el Indio: "si no hay amor, que no haya nada entonces, alma mía". Yo, por lo menos, no pienso regatear.

sábado, 19 de marzo de 2011

Puro equitativismo

ELLA:- No te voy a mentir. Tengo miedos.
ÉL:- Me imaginaba. Pero no hay nada que hacerle, che.
ELLA:- ¿No...? ¿No tenés nada para decirme...?
ÉL:- No sé, los miedos ya los vas a ir perdiendo, supongo. Los melones se acomodan cuando el carro está andando, diría mi abuela.
ELLA:- Pero yo necesito otra cosa...
ÉL:- Tranquila, ya va a pasar. Ahora tenés miedo porque estás insegura, pero dentro de unos días todo va a estar bien.
ELLA:- No, no me entendés...
ÉL:- ¿Y qué se supone que te tengo que decir?
ELLA:- ¡Solamente quiero que me digas que vos también tenés miedos, negro!
ÉL:- Ah bueno, pero al final... tus planteos son puro equitativismo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Desde los ovarios

quiero escribir desde los ovarios y entonces escribo:
No me asusta ser yo
o bien:
Estoy indispuesta y me duelen
(y es un poco lo mismo, ¿no?)

Vamos, Mujer, 
que los ovarios saben fitrar angustias, que los ovarios expulsan de tu cuerpo las puntadas del rencor. Escurrí tus ovarios, Mujer, escurrílos y dejá salir eso que nada tiene que hacer adentro tuyo. Y qué importa si esos residuos supieron ser en otro tiempo un óvulo no fecundado, o sea una potencial creación, o sea una realidad que sólo vivió en tu imaginación, qué importa si no existe tal cosa, si en definitiva no supieron ser nada, si de ese deseo hoy sólo queda un terrible dolor, un punzante dolor abdominar que te retuerce y te malhumora, si la olvulación no sirvió para nada más que para la falta de fecundación. No dejes, Mujer, que nada de esa ausencia se quede con vos; dejá fluir en el afuera eso que no pudo ser más que fracaso.

Escurrí tu dolor desde los ovarios, desde la seguridad de saberte valiente y capaz, sufrida pero Mujer. Escurrí ese dolor que te ata a la cama, vos naciste con ese don, con el don de elaborar, procesar y expulsar tus deshechos, porque, Mujer, vos sos bien Mujer.

Ahora dejá que la sangre fluya; duele, incomoda, pero hay que superarlo. Es un pedazo de tiempo, es una parte del ciclo, y ya vas a estar mejor. Asegurate de sacar para afuera esa hinchazón de reoncores y angustias, de traiciones y desengaños. Derramá lejos tuyo toda la sangre del olvido, que ya vas a estar mejor. Que dentro de veintiocho días te toca de nuevo.

martes, 1 de marzo de 2011

Fantasma del Ayer

Voy a echarte porque no estás acá.
Voy a sacarte de mi vida porque ya no sos mi vida.

Me lastima tener esta falta de vos.
                  Porque te tengo pero sos una falta.
No quiero más esta propiedad de lo ajeno.
                  Porque te poseo pero no sos mío.
No soporto más esta realidad idealizada.
                  Porque te siento pero no sos vos.
Quiero dejar de tomarme este tren que nunca pasa, que ya se fue y que no vuelve.
                  Porque la espera del nunca jamás
                  duele,
                  lastima
                  y no sirve.

Lo último que voy a pedirte es
que tu ausencia se haga ausencia.