miércoles, 2 de marzo de 2011

Desde los ovarios

quiero escribir desde los ovarios y entonces escribo:
No me asusta ser yo
o bien:
Estoy indispuesta y me duelen
(y es un poco lo mismo, ¿no?)

Vamos, Mujer, 
que los ovarios saben fitrar angustias, que los ovarios expulsan de tu cuerpo las puntadas del rencor. Escurrí tus ovarios, Mujer, escurrílos y dejá salir eso que nada tiene que hacer adentro tuyo. Y qué importa si esos residuos supieron ser en otro tiempo un óvulo no fecundado, o sea una potencial creación, o sea una realidad que sólo vivió en tu imaginación, qué importa si no existe tal cosa, si en definitiva no supieron ser nada, si de ese deseo hoy sólo queda un terrible dolor, un punzante dolor abdominar que te retuerce y te malhumora, si la olvulación no sirvió para nada más que para la falta de fecundación. No dejes, Mujer, que nada de esa ausencia se quede con vos; dejá fluir en el afuera eso que no pudo ser más que fracaso.

Escurrí tu dolor desde los ovarios, desde la seguridad de saberte valiente y capaz, sufrida pero Mujer. Escurrí ese dolor que te ata a la cama, vos naciste con ese don, con el don de elaborar, procesar y expulsar tus deshechos, porque, Mujer, vos sos bien Mujer.

Ahora dejá que la sangre fluya; duele, incomoda, pero hay que superarlo. Es un pedazo de tiempo, es una parte del ciclo, y ya vas a estar mejor. Asegurate de sacar para afuera esa hinchazón de reoncores y angustias, de traiciones y desengaños. Derramá lejos tuyo toda la sangre del olvido, que ya vas a estar mejor. Que dentro de veintiocho días te toca de nuevo.

2 comentarios:

Maru dijo...

Totalmente- Ay pauli, me encantó.

Maga dijo...

vos sí que sos una mujer con los ovarios bien puestos maruli!