sábado, 23 de julio de 2011

Palabras

Qué fácil hablar de ustedes
qué difícil a través de ustedes
Me jacto de ser una artista
y para la expresión no estoy lista

Me gusta moldearlas,
amasar las palabras,
armar inmensos castillos,
lustrarlos y que salga brillo
Me gusta moverlas, elegirlas,
acomodarlas, y así decirlas

Pero sólo si el sonido
no termina en otro oído

Al papel, ¡qué placer!
Al espejo, de reflejo
A mí misma, todavía
En mis sueños, son sin dueño
Con un mate, ¡agarrate!

Pero en otro oído
lo siento prohibido
Antes que compartir
me surge eludir
Y a aquella pregunta que florece
y que se oye siempre más fuerte
respondo, a ver qué te parece...
"Yo todo bien, por suerte"

lunes, 18 de julio de 2011

Tambaleando

Tambaleando con una mochila en mi espalda.
Con la irresponsabilidad de creerme responsable,
con la alienación de querer ser compañera,
Tambaleando por la presión de andar equivocada,
en este circo que amrma el desconcierto de la novedad.

Tambaleando en la invasión de mis espacios,
con las quejas de probar la tolerancia.
Cerrando puertas, superando límites.
Tambaleando en mi autodestrucción.

Tambaleando con labios oprimidos y penitas endógenas.
Tambaleando con palabras que callan.
Abrigada por esta fría soledad tambaleando,
perdiendo tiempo en el tiempo de descuento.

Tambaleando con mi desnudez insegura,
con mi naturalidad forzada.
Tambaleando en este no saber ser,
donde no hay más respuestas
que mis propias preguntas,
en este camino teñido de todo aquello
que no quiero ser.

Tambaleando por andar,
por aprender y olvidar,
y por olvidarse de aprender,
y por aprender cómo recordar.
Tambaleando y olvidando
cómo se hacía para ser yo.

viernes, 1 de julio de 2011

1 de julio

Me dormí al finalizar el otoño y cuando me desperté, la Primavera me estaba esperando con el desayuno en la cama. ¿En el medio? Un invierno que me pareció un sueño. Un sueño por lo intenso, por la sucesión de cuadros de lo más diversos y novedosos que revolucionaban toda mi vida. Un sueño por lo irreal, por lo ilusorio, por lo maravilloso, por lo improvisado, por lo sorprendente, por lo increíble e impensable. Por preguntarme hasta dónde llegaría esa realidad que me parecía cuento de hadas, cuánto duraría esa felicidad que parecía de cartón, cuándo dejaría de sentir esas mariposas que avergonzaban a mi orgullo y desnudaban a una Yo estúpida, romántica e idiota. Qué mina desconfiada, ¿no? Pero no me vas a decir que no era para dudar de aquella brisa que nos trajo el viento casi sin razón que nos hacía poner así. Tenía que ser un sueño. Y alguien tenía que pellizcarme.
Fue la señora Primavera, que primero me convidó con un mate amargo; lo tomé con la yerba de la Realidad, chupé la bombilla de la Consciencia, y cebé otro con el termo del Seguir Disfrutando. Me convidó tostadas que sabían a Retrospectiva, a Aprendizajes, a Cambios. Sonó la alarma del "Esto va en serio" que decidí posponer diez minutos. Complementé mi desayuno con la mermelada de la Esperanza, de las Nuevas Metas y de los Proyectos. Y sonó la segunda alarma, la del "Elijo seguir". Y entonces seguí cebando con el termo del Disfrute el mismo mate de la Realidad.
Me levanté de la cama y entendí que nada había sido soñado, que la vida me sonreía y me invitaba a vivirla. Y yo decidí seguir viviéndola con vos, desde aquel invierno que significó un inmenso cambio, desde aquel invierno en el que mis palabras nunca dejaron de acompañarme y mis manos de sostenerme.

Un invierno que hizo posible que un día como hoy, a esta hora, estuviéramos tomando una cerveza en un parque. Cuánto calor que debía haber entre nosotros, para haber tomado la tan osada decisión de salir a simplemente cagarnos de frío.